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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Miradas en torno a la purificación: Eliminar las impurezas (Primera parte)

Miradas en torno a la purificación: Eliminar las impurezas (Primera parte)

Extractos de las lecciones dadas por Sayyidi Habib Umar bin Hafiz (que Allah lo preserve y nos beneficie por él) sobre las resoluciones y los protocolos de la purificación. Habib Umar está enseñando "Kifayat al-Ragib" de Habib Abdullah bin Husayn Balfaqih en fiqh Shafi'i.


Verdaderamente Allah ama a los que se arrepienten y a los que se purifican. [1]
Allah dijo al más puro de la humanidad ﷺ: Y tu ropa ¡Purifícala!. [2]
Allah dice: Sólo los purificados pueden tocarlo. [3] Habib Ahmad bin Hasan al-`Attas dijo que este principio se aplica a todas las cosas. Quien desee obtener conocimiento o certeza o la proximidad a Allah, dile: Sólo los purificados pueden tocarlo. Sólo cuando una persona se ha purificado a sí misma está lista para recibir los dones divinos. Del mismo modo sólo cuando ha eliminado la impureza exterior es que está listo para entrar en la presencia de Allah mediante la realización de la oración.

Lingüísticamente impureza o suciedad (nayasah) es todo lo que una persona de solida disposición consideraría como falta.

Su definición según la Ley Sagrada es cada cosa repugnante que impide que la oración sea válida (siempre y cuando no hay una dispensa respecto a ella). Incluye orina, excrementos, sangre, pus, vómito, embriagantes líquidos, perros, cerdos y animales muertos involuntariamente (no sacrificados).

Es inadmisible permitir que tu ropa o tu cuerpo se ensucie con nayasah. De la misma manera Allah no se contenta con nadie que se ensucie con la arrogancia, la envidia o el orgullo. Le desagrada todo atributo, palabra y intención repugnante.

Allah creó las cosas impuras y nos dio los medios para limpiarnos. Decretó que las impurezas salgan de nuestros cuerpos. Así llegamos a conocer nuestra debilidad y servidumbre a Allah. Llegamos a conocer nuestras deficiencias y la perfección de Allah. Para cada enfermedad Él nos dio un remedio. Del mismo modo Él nos dio los medios para purificarnos de las enfermedades del corazón.

Eliminar las impurezas era algo extremadamente difícil para los Judíos. De acuerdo con su ley, si deseaban eliminar las impurezas de la ropa tenían que cortar el área afectada, pero a través del Amado ﷺ las cosas se hicieron fáciles para nosotros. Él ﷺ vino a eliminar las cargas y penurias de las personas.

Allah dice: Aquellos que siguen al Mensajero, el Profeta iletrado que encuentran descrito en la Torá y el Evangelio - que les ordena lo que está bien y les prohíbe lo que está mal, les declara lícitas las cosas buenas e ilícitas las impuras, y les libera de sus cargas y de las cadenas que sobre ellos pesaban. Los que crean en él, le sostengan y auxilien, los que sigan la Luz enviada abajo con él, ésos prosperarán. [4]

Cuando eliminas las impurezas, reza, ayuna, cría a tus hijos y honra a tus padres haciéndolo en un estado de conciencia de que tu crees en él ﷺ, le honras, le apoyas y sigues la luz que se envió con él. Entonces estarás entre los éxitosos. Si tienes esta conciencia en todos los actos de culto recibirás una porción de la luz que se envió con él. Esta luz es ante todo el Corán, pero el Profeta ﷺ en sí mismo y todo lo relacionado con él es la luz - sus palabras, sus acciones, sus estados y sus enseñanzas. Allah dice: Os ha venido de Allah una Luz y una Escritura clara. [5] Tu porción de esta luz es de acuerdo con el grado en el que crees en él ﷺ, le honras y le apoyas.

[1] Al-Baqarah, 2:222
[2] Al-Muddathir, 74:4
[3] Al-Waqi`ah, 56:79
[4] Al-A`raf, 7:157
[5] Al-Ma’idah, 5:15

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