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viernes, 21 de agosto de 2015

Comienzos y finales

Comienzos y finales



Sayyidi Habib Umar bin Hafiz (que Allah lo preserve y nos beneficie por él) habla de su madre, los primeros años de Hababah Zahra, su entierro y su tumba. También describe a su padre, Habib Muhammad bin Salim bin Hafiz, que Allah tenga misericordia de los dos.

Dijo de ella:

"Ella absorbió por completo la metodología de Hadramaut y fue un modelo a emular para alguien que sigue este camino espiritual. Poseía los atributos de la perfección humana y enseñó a la gente cómo cumplir con su papel en la vida".

Los primeros años de Hababah Zahra

Ella tuvo una educación piadosa en la ciudad de Dammun a las afueras de Tarim. De niña aprendió el Corán y los fundamentos de la religión. Ella pasó a enseñar a un gran número de mujeres en su ciudad natal, algunas de ellas todavía están vivas. Ella recitaba el Corán y los Adhkár y realizaba actos de adoración en abundancia.

Al mismo tiempo ella servía a su familia. Su madre la enviaba a hacer recados que eran apropiados para una niña de esa edad, como transmitir mensajes a la gente. Aprendió cómo dirigir los asuntos de la casa de la mejor manera con un espíritu que se contentaba con lo que fuera que estuviera disponible.

Honraba a los musulmanes en general y a los piadosos, los ancianos y la gente de conocimiento específicamente. Respetaba a sus familiares y cualquier persona que fuera más mayor que ella. Incluso si la gente la trataba injustamente, ella les trataba bien.

Tenía una inmensa modestia y timidez. Cuando se acercaba a la edad del matrimonio sólo permitía a sus padres y los más cercanos a ella ver su cara y su pelo. Si sus vecinas hubieran querido ver siquiera un pelo de su cabeza no habrían podido hacerlo. Esta era la tradición de esa sociedad.

Todos estos atributos loables se combinaron en ella. Puedes ver en esto la influencia de la Ley Sagrada, la Escuela de Hadramaut y la Tariqah Ba`Alawi sobre la sociedad de esa época. La mayoría de la gente poseía estos atributos loables.

Un gran número de hombres deseaba casarse con ella, pero Allah quiso que se casara con mi padre, Habib Muhammad bin Salim. Ella se casó en el año 1357 (1938) a la edad de dieciocho años y se mudó de Dammun a la casa que Habib Muhammad construyó en Tarim. Para empezar, la casa consistía en una habitación, un trastero, una cocina y un aseo. Si visitas la casa ahora, la actual área de recepción o sala es la habitación en la que ella vivió. Apenas tenían utensilios o muebles que la gente normalmente tiene en el momento del matrimonio. Habib Muhammad solamente poseía tres platos, una cacerola y una cuchara, el borde de los cuales estaba roto.

Habib Muhammad estaba constantemente ocupado en la enseñanza y las reuniones a las que asistía y ella se hacía cargo de la casa y de servir a los invitados. Ella honró a sus padres y familiares. El padre de Habib Muhammad, Habib Salim, venía de Mishtah para quedarse con ellos. Habib Salim quedó impresionado por lo bonito que ella lavó su ropa.

Junto con el cuidado de los asuntos de la casa, ella asistía a las reuniones del conocimiento. Habib Muhammad comenzó la autoría de su libro al-Tadhkirah Al-Hadramiyyah que cubre todo el conocimiento religioso que es obligatorio para las mujeres saber. Cada vez que completaba una sección del libro se la daba a Hababah Zahra y ella la leía a una de las principales eruditas femeninas de la época, la hija de Habib Abu Bakr al-Siri, en una de las reuniones de las mujeres.

Su primer hijo fue Habib Ali al-Mashhur. Nació en 1358 (1939), alrededor de un año después de la boda. Durante todo el tiempo que ella estuvo embarazada de Habib Mashhur o de sus otros hijos ella nunca dejó de asistir a una reunión o a no cumplir sus deberes en la casa, incluso la noche en la que dio a luz. Ella ya había aprendido los principios de la crianza de los niños de sus padres y la sociedad en la que se había criado y ahora aprendió de su esposo cómo implementar prácticamente estos principios.

Su quehacer doméstico no le impedía leer sus Adhkar. En el día de Ashura por ejemplo, cuando es recomendable recitar Surat al-Ikhlas 1.000 veces, ella le daba su subhah (granos de rezo) a su hija mayor y le decía que contara mientras ella recitaba y al mismo tiempo sacaba agua del pozo, lavaba la ropa y hacia pan.

Esta es la forma en la que ella vivió durante el resto de su vida, venerando a Allah y Su Mensajero ﷺ, el camino de sus predecesores piadosos y la religión por encima de todo lo demás. Hemos estado leyendo recientemente el consejo que ella escribió para nosotros. En él nos aconsejó aferrarnos a la senda de nuestros predecesores, mostrar misericordia a la gente y llamar a la gente a Allah.

Aprendió la abstinencia de su esposo en la teoría y la práctica. En los primeros años de su matrimonio su almuerzo a menudo consistía en algunos datiles y tal vez unas cebollas. Cuando mi hermano, Habib `Attas, se iba a casar, necesitaron una puerta para el baño que se estaba construyendo. Habib Muhammad les dijo que usaran una puerta vieja que estaba tirada en el patio trasero. La gente se sorprendió ya que era una puerta vieja y en mal estado. Él dijo: "¿Acaso el propósito de una puerta no es el de ocultar a la persona que está dentro?." Si sus ropas estaba ligeramente rasgadas él lo ignoraba diciendo: "Está detrás de mí y no puedo verlo". A menudo él arreglaba su propia ropa a pesar de sus muchos compromisos.

Él se encargaba de supervisar los contratos de matrimonio en Tarim pero nunca tomó un honorario por hacer esto. Es la tradición en Tarim quemar oud en el momento del contrato, pero si la familia no podía costear el Oud para la ocasión él mismo lo proveía. A veces tenían que esperar a uno de los familiares para asistir a la boda y usaban el tiempo para recordar a las personas presentes acerca de Allah y al mismo tiempo hacer algunas bromas. Si alguien a quien nadie prestara atención alguna estuviera presente él le daba a esa persona especial atención. La gente de fuera de Tarim también venían a él y nosotros les enseñábamos y resolvíamos sus disputas.

Los cabezas de familia de muchas familias en Tarim estaban en el extranjero en el este de África o el sudeste asiático y enviaban dinero para sus familias. En lugar de enviar el dinero a sus familias directamente, enviaban el dinero a Habib Muhammad y él organizaba la distribución del dinero. La gente solía darle sus objetos de valor o dinero para su custodia. En esto se parecía al Mensajero de Allah ﷺ, a quien la gente de Meca daba sus objetos de valor para su custodia, aunque muchos no creían en su mensaje. También se ocupaba de las necesidades de los pobres y le decía a la gente para dar dinero.

Habib Muhammad al-Haddar dijo que cuando estaba compañía de Habib Muhammad bin Salim en Tarim asistían a dieciséis reuniones por día y no se perdía nada de lo que estaba teniendo lugar en la ciudad. Habib Muhammad bin Salim nunca fue conocido por haber dejado la oración nocturna desde su juventud hasta el momento en que fue secuestrado. Hababah Zahra aprendió de su ejemplo en todos estos asuntos.

Que Allah tenga misericordia de ellos como ellos nos criaron cuando éramos jóvenes y nos permita emularles y unirnos a ellos. Hay mucho que aprender de sus vidas. Que Allah preserve su legado.

Su tumba

Hababah Zahra falleció en los últimos minutos del Lunes 21 de Shaban de 1436. Hubo una inmensa sensación de tranquilidad en su Janazah y en los días siguientes. Esto es una indicación de su rango y es un signo de complacencia y aceptación de Allah. Su Janazah se sintió como la Janazah de uno de los grandes imames del pasado.

Uno de sus parientes la vio en un sueño después de su muerte. Él la vio con una mujer que no reconoció. Le dije: "La única persona que podría estaría con Zahra sería Fátima al-Zahra". Una mujer que no la conocía también la vio en un sueño y ella le dijo: "Soy Zahra bint Hafiz. He ido a mi madre Fátima al-Zahra".

Mucho tiempo antes de morir, ella designó el lugar en el que deseaba ser enterrada en el cementerio de Zanbal. De vez en cuando iba a preguntar si alguien había sido enterrado en ese lugar, con la esperanza de que el lugar no hubiera sido tomado. Nosotros pensamos que no era un lugar adecuado para que ella fuera enterrada debido a que algunos niños habían sido enterrados en la misma zona y parecía como si no hubiera espacio suficiente para que un adulto fuera enterrado. Después de su muerte, Habib Mashhur fue a revisar el lugar y el sepulturero dijo que era un buen lugar para que ella fuera enterrada. Cuando empezó la excavación desenterró una vieja lápida con el nombre 'Fatimah bint Shaykh Ibrahim bin Shaykh 'Abd al-Rahman al-Saqqaf en él, que tenía unos 600 años de antigüedad. Hababah Zahra fue debidamente enterrada en la misma tumba, encima de esa noble mujer, la nieta del gran Shaykh 'Abd al-Rahman al-Saqqaf.

Que Allah permita a los descendientes reunirse con sus antepasados y permita a aquellos que aman a los piadosos reunirse con ellos.


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